La estimulación multisensorial es aquella que estimula la vista, el olfato, el gusto, el oído y el tacto. Ha sido objeto de estudio por parte de profesionales de la salud y como resultado, se ha identificado que ponerla en práctica en los primeros años de vida del bebé, puede ayudar al desarrollo social, emocional, cognitivo y físico de los niños.
Dicha estimulación, permite que, en el primer año de vida, en el cerebro sucedan más de un millón de nuevas conexiones neuronales por segundo; a través de los rituales diarios del cuidado del bebé, como la lactancia, el baño y el masaje.
Así mismo, se ha demostrado que, en los primeros tres años de vida, es cuando se produce el 85% del desarrollo del cerebro que favorece la comunicación y el bienestar emocional. Por tal razón, es fundamental estimular correctamente sus sentidos, en especial, si es de manera íntima, reforzando su lazo con papá y mamá.
El contacto físico y las caricias favorecen la ganancia de peso en los bebés, disminuyen el estrés, mejoran la calidad del sueño y a través de las demostraciones de amor, se produce un efecto positivo en su salud física y emocional.
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“Está comprobado que los niños que tienen más contacto piel a piel con sus padres, tienden a tener 50% más contacto visual y 3 veces más expresiones positivas como sonrisas y balbuceos, además, desarrollan una mejor autoestima, tienen más habilidad para relacionarse con las personas, son más afectivos y más seguros en la edad adulta”, explicó Janeth Moreno, enfermera profesional y experta de Johnson´s® Baby, quien comparte los aspectos claves de la estimulación multisensorial.
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La profesional de la salud, también señala que, los rituales cotidianos como el baño y el masaje son oportunidades ideales para lograr estos beneficios, “cuando bañamos al bebé, lo miramos a los ojos, lo acariciamos, le hablamos suavemente o le cantamos, mientras percibe el aroma del baño líquido, y posteriormente realizamos un masaje con crema hidratante, estamos estimulando los mismos sentidos”, dijo Moreno.
Es importante que el baño se realice media hora después de ser alimentado el bebé, teniendo un lugar cómodo, seguro y libre de corrientes de aire, durante un tiempo no mayor a 10 minutos en cada ritual y así mantener la temperatura corporal del bebé, que oscila en 36. 5 a 37 grados centígrados, y se deben tener listos todos los elementos necesarios para el baño y el masaje, incluidos los productos de limpieza e hidratación, que sean de fórmulas muy suaves, puras y con los más altos estándares de calidad y seguridad para los niños.
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A través del masaje, gracias al contacto piel a piel y a la estimulación olfativa con fragancias seguras de la crema hidratante, se crean recuerdos afectivos e intensifican los lazos entre padres e hijos; ya que los aromas juegan un papel muy importante en el desarrollo neurológico a temprana edad.
“Todo lo que un bebé siente, ve, escucha y huele aumenta su capacidad de aprender, pensar y crecer. Mirarlo a los ojos directamente, sienta las bases del desarrollo de las habilidades sociales. Los sonidos, la voz suave y cálida de los padres y la música crean recuerdos en el área del lenguaje del cerebro” afirma Moreno.
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Por esto, el amamantamiento también favorece la estimulación multisensorial a temprana edad, gracias al contacto piel a piel, la percepción del olor de mamá, degustar la leche materna y establecer contacto visual.
Además, es importante identificar los elementos externos al bebé, no es aconsejable el uso de juguetes pequeños que puedan ser llevados a la boca y ocasionar accidentes durante el momento del baño o durante el masaje, además, se debe realizar una limpieza diaria de los juguetes que los padres escojan para acompañar al niño durante estos rituales diarios.
Finalmente, la enfermera Janeth Moreno recomienda para estas rutinas, productos especiales para recién nacidos y bebés que cuenten con estudios clínicos que demuestren su pureza, suavidad y seguridad durante esta etapa de vida. “deben tener un pH fisiológico que oscila entre 4.2 y 5.6, con fórmulas muy suaves con su piel y cabello, que no irriten los ojos, que sean lo más puras posibles, preferiblemente con ingredientes naturales, con fórmulas libres de sustancias químicas como sulfatos, ftalatos, colorantes y fragancias alergénicas”.