La leche materna es la primera vacuna para los bebés. Es un alimento único e irremplazable que cubre las recomendaciones de calorías, proteínas, grasas, carbohidratos, vitaminas y minerales que los niños y niñas requieren para un adecuado desarrollo intelectual y físico.
Es de suma importancia asegurarse de que, durante los primeros seis meses de vida, el bebé sea alimentado exclusivamente con leche materna; y a los 6 meses inicie con una adecuada alimentación complementaria con alimentos naturales, nutritivos y así seguir con la lactancia hasta los dos años de edad o más. Esta práctica sin duda aporta múltiples beneficios. ¡Aquí te contamos algunos de los superpoderes de la práctica exitosa de la lactancia materna que promueve el ICBF!
La inmunidad:
Está comprobado que la leche materna contiene importantes factores inmunológicos que ayudan a prevenir infecciones leves y graves. Como son la neumonía, el asma y la gripa, la covid 19, en la piel, en el oído y en otros órganos del cuerpo. Incluso, también contribuye a que el aparato digestivo se desarrolle con más rapidez y previene en el bebé el estreñimiento y la diarrea.
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La salud:
¿Sabías que además de fortalecer la conexión con el amor, brindar leche materna desde el primer momento de vida a un bebé le reduce en un 20 % el riesgo de morir en el primer mes? Este superpoder es muy importante, ya que, brindarle al niño o niña lactancia exclusiva durante sus primeros meses, puede influir en qué tan buena sea su salud en los siguientes años, incluso, en la edad adulta.
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También se asegura que la leche materna previene el riesgo de sobrepeso y obesidad en un 12 % en la edad adulta, además de ayudar a combatir enfermedades como lo son el colesterol alto, la presión arterial alta, la diabetes, el asma, leucemias infantiles, entre otras.
La fuerza:
¿Has escuchado sobre los grandes beneficios del calostro? Por si no lo sabes, el calostro es la leche de los primeros días y definitivamente es un alimento único e irremplazable, pues gracias a su cantidad de defensas y nutrientes, ayuda para que los niños y niñas crezcan más sanos y fuertes.
La agilidad mental:
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La lactancia favorece la maduración del cerebro para que los niños y niñas sean más inteligentes. Estimula la confianza en sí mismo e incrementa su autoestima y felicidad, esto gracias a al vínculo entre madre e hijo que se potencia durante esta práctica.
La sostenibilidad:
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Además de todos los beneficios que trae la práctica de la lactancia materna para el niño, la niña y la madre; esta práctica también hace un gran aporte ecológico y al medio ambiente al tratarse de un proceso natural, pues es un recurso renovable que no produce contaminación, no requiere de agua para su preparación, ni para la desinfección de los recipientes y, haciendo una comparación con todo lo que hay detrás de una producción de fórmulas, la lactancia materna mitiga el calentamiento global.
El ahorro económico para la familia:
Lo mejor de la lactancia materna es que no es necesario comprarla, o sea que la familia del niño o la niña no tendrá que invertir dinero en fórmulas costosas que no cuentan con los mismos nutrientes. Este alimento de la madre estará disponible en cualquier momento, lugar y no requiere de ninguna preparación especial, pero sí tiempo y dedicación de quien amamanta, así como, el apoyo de su familia.
Finalmente, un superpoder muy importante, el de #LaConexiónNatural con el amor y la vida:
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Sin duda, la lactancia materna no es solo el vínculo más estrecho entre madre e hijo, sino que también involucra al padre y a la familia completa en este acto lleno de amor, pues gracias a esta práctica, todos se logran conectar desde la mente y la emoción. En cada centímetro cúbico de leche se transmiten vida, apego y felicidad, ya que contribuye al sano desarrollo del bebé y ayuda a que la madre evite la depresión posparto por la conexión afectiva con su hija o hijo.