Tatiana Ballesteros es una mujer de origen bogotano quien desde los 9 años ha sido jugadora de una de las disciplinas más complejas de practicar como lo es el tenis de mesa. Siguió en ese deporte como entrenadora enseñando a grandes y pequeños, sin embargo, desde el nacimiento de su segunda hija en 2019, había tomado la decisión de dedicarse por completo a sus niñas, no obstante, un episodio cambió su vida y su forma de afrontar la realidad.
Por 24 años ha estado involucrada en el también conocido ‘ping pong’, cuya mayoría de participantes son hombres, aún así, sin importar el género, ‘Tatis’ como es llamada de cariño, se ha abierto un espacio entre los tenimesistas de Bogotá y del país, siendo reconocida por su talento y dedicación, logrando ser incluso parte de la selección de tenis de mesa de Bogotá y uno de los estandartes femeninos en ese ejercicio.
En medio de todo lo que había logrado con respecto a su reconocimiento llegó su segunda descendiente para darle un giro a su manera de pensar. Aunque, todo cambió hasta el día en el que por azares del destino y el virus del COVID-19 su esposo falleció a causa de esta enfermedad, siendo ese momento un punto de inflexión para ella, sus hijas y su profesión.
Nunca estás preparado para perder a tu pareja (…) mis hijas fueron mi motivación, tengo que salir adelante por ellas, afirmó Tatiana para Caracoltv.com
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Como ella lo manifestó, nunca se está preparado para una pérdida, diversas emociones llegaban a la mente de Tatiana, desesperación, incógnitas sobre qué sucedería con ella y sus dos niñas, así pues, se tornaba un panorama difícil. Pero, un día como cualquier otro, las miró a ellas y tomó fuerza e inspiración para retomar todo lo que había dejado atrás y dar inicio a una nueva etapa.
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Su familia desde un comienzo mostró gran apoyo, sus padres y en especial su hermano Manuel, quien, por medio de su club de tenis de mesa, le extendió la mano para comenzar de nuevo.
Su perseverancia, amor por sus allegados y deseos de salir adelante, hacen de esta gran mujer, toda una figura a seguir por parte de sus hijas y otras personas. Así mismo, el deporte fue también un canalizador de todo lo que vivió y que, sin duda, la mejor enseñanza que ella puede dar, es la resiliencia como la mujer que es.