“Los precios de los combustibles, que esperábamos poder aumentar al principio de 2019, no subirán durante la consulta ni en el próximo invierno”, así retrocedió el gobierno de Macron, de la voz de Edoard Phillipe, primer ministro de Francia.
Hasta este momento, el gobierno Macron había mantenido silencio frente a las manifestaciones, pero ya se ha visto en la necesidad de voltear su mirada hacia las mismas, pues se han convertido en las marchas más violentas de los últimos años en este país, causando graves destrozos en París.
¿Le podría costar este episodio la presidencia a Emmanuel Macron, quien enfrenta, además, mínimos índices de aprobación de su gestión? ¿Cuál puede ser el alcance de estas manifestaciones y qué debe hacer el Gobierno?
Yann Basset, profesor y analista político francés, explica el surgimiento de este movimiento “los chalecos amarillos” y su impacto.
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“Ellos nacieron en redes sociales con una reivindicación específica, pero ahora no está tan claro”, detalla Basset. “No es un grupo político sino es un grupo que ha recogido una serie de descontentos de la sociedad”, continúa el análisis.
"Lo que no calculó el presidente es que esos tarifazos en los carburantes afectan a población dependiente de sus vehículos particulares por falta de transporte público" avanza la conversación entre @yannbasset y @azulievano pic.twitter.com/MEc4E083Tr
— Una mirada al mundo (@unamiradatv) December 6, 2018
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Basset considera que “se tiene que hacer un ajuste a la política fiscal y así lo ha puesto el gobierno francés sobre la mesa. Para ello ha recogido diversos sectores para hallar una salida. La gran dificultad es que no puede negociar con una cabeza visible”.
Vea completo este análisis.