Aunque el estar en la Escuela de Yo Me Llamo y dentro de la competencia en el Templo de la Imitación no hace que los participantes se aíslen de su vida cotidiana, sí causa que tengan que estar 100% dentro de la competencia y centrarse en perfeccionar sus personajes, por lo cual la mayoría de ellos tienen que irse de sus lugares de residencia para estar en Bogotá, tal y como le pasa al imitador de Carin León.
La distancia termina siendo un pequeño talón de Aquiles para aquellos que dejaron a sus seres queridos durante el tiempo en el que están en el concurso musical, pues a pesar de que pueden mantenerse en contacto con ellos no es lo mismo, lo cual en algún momento los afecta.
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En la retroalimentación de esta primera ronda de presentaciones en el octavo ciclo, Amparo Grisales hace énfasis en que se entregó por completo durante su canto y que es notorio su avance en cada uno de los aspectos que envuelven al artista original. Además, aplaude su puesta en escena y los movimientos que tuvo en el escenario, dado que algunos eran muy arriesgados.
En este caso, Yo Me Llamo Carin León es quien se quiebra, luego de su interpretación de 'Que vuelvas' de Edgar Barrera, tras la pregunta de César Escola
, quien le cuestiona a quién le pediría que vuelva.
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"Como todos ustedes saben, quisiera poder estar con mi hija, es algo difícil porque en realidad no la conozco aún, solo la he visto por videollamadas", explica el participante, quien se ahoga en la tristeza de recordar a esta pequeña.
"A veces quisiera poder alzarla, abrazarla, besarla, sería algo espectacular, lo mejor que me podría pasar, aparte de estar en este gran escenario del Templo de la Imitación", añade el imitador, quien se muestra afectado ante la ausencia de las mujeres más importantes para él.
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Con lágrimas, Yo Me Llamo Carin León, con la mano en el corazón, les envía un mensaje a sus seres queridos: "me gustaría decirle a mi esposa e hija que vuelvan conmigo y disfrutarlas al máximo".
Conmovido por esta situación, Pipe Bueno le expresa su apoyo al participante y le deja en claro, basado en su experiencia, que este amor por los hijos es algo que crece desde el día en el que ellos nacen y sigue aún y cuando ellos como padres se van de este plano terrenal. Asimismo, le afirma que esto es lo mejor que le va a pasar en la vida y que todo se va a organizar de la mano de Dios.
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